Los médicos le entregan el cuerpo sin vida de su recién nacido, ella lo abraza por dos horas y deja al mundo en shock
“Tenemos grandes planes para ti, no puedes irte bebé”, y el bebé hace lo impensable.
El caso documentado y transmitido por los medios de comunicación es un testimonio viviente de la fe y el amor de una madre.
Antes del milagro
De acuerdo a lo reportado por el Newsner, Kate Ogg, una mujer de Australia que estaba esperando gemelos pasó por unas de las experiencias más duras por las que una madre puede pasar; recibir la noticia de uno de sus bebés había fallecido.
Según la misma fuente Kate habría dado a luz a solamente 27 semanas de gestación, lo que puso en peligro la vida de sus dos pequeños.
Emily, la niña, había nacido bien y estaba fuera de peligros, pero su hermanito Jamie, había muerto.
Kate se resistió a creer que su hijo había muerto y por dos horas le habló como si estaría escuchándola
"Han elegido un nombre para su hijo", preguntó el médico, a lo que Kate respondió con un sí y le informó que era Jamie, allí fue cuando el médico pronunció las palabras más dolorosas del mundo "Jamie no lo logró".
"Emily, tu hermana, está bien y queremos que te quedes con nosotros", repitió una y otra vez a su hijito sin vida mientras lo abrazó incansablemente por un lapso de unas dos horas. Lo que sucedió luego, sólo puede ser explicado como un milagro.
"Le pedí a mi esposo David que se quitara la camisa y que lo abrazara conmigo, él estaba helado y necesitaba nuestro calor", explica Kate.
"Le dije que teníamos grandes planes para él y se movió y empezó a respirar; llamamos a la enfermera y le dijimos pero ella nos dijo que era tiempo de dejarlo ir", sin embargo Jamie abrió sus ojos y tomó el dedo de su padre.
Jamie sobrevivió, el calor de sus padres lo trajo a la vida y ahora Jamie vive con sus padres y su hermana Emily, la pequeña a quien mamá quería que él cuidara y no dejara sola en este mundo.
"No dejamos de tocarlo ni por un minuto hasta que llegó a casa, sabíamos que nuestro tacto y calor lo salvó"
Según lo publicado por Scientific American el contacto físico y emocional con los bebés y los niños es primordial en el desarrollo y la supervivencia de los mismos. "Muchos niños que no han tenido un amplio contacto físico y emocional se enfrentan a un riesgo mayor de tener problemas emocionales, de comportamiento y social al crecer".
El mismo informe explica que aquellos niños que por ejemplo han crecido en orfanatos o alejados del apego emocional y físico de sus padres o cuidadores, presentan un desórdenes a niveles hormonales en comparación con los niveles hormonales de los niños que crecieron en un hogar con amor y cariño.
Cómo tu contacto físico con tu bebé puede cambiarle la vida
De acuerdo a lo publicado por Live Strong el contacto físico de la madre con el recién nacido lo ayuda a aumentar de peso debidamente y reduce las posibilidades de que desarrolle enfermedades o muerte en los infantes.
"La salud de tu bebé depende del contacto físico que reciba de las personas que lo aman y del estímulo. Cuando su madre los toca, una cascada de hormonas de desatan beneficiando su salud y ayudándolo a regular su temperatura corporal".
También los ayuda a dormir mejor, a no desarrollar miedos, a generar occitocina (la llamada hormona de la felicidad) y a disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés).
Se recomienda el contacto de piel con piel ni bien hayan nacido, en especial en los bebés prematuros. "El contacto físico con los recién nacidos debe ser ilimitado".
El caso documentado y transmitido por los medios de comunicación es un testimonio viviente de la fe y el amor de una madre.
Antes del milagro
De acuerdo a lo reportado por el Newsner, Kate Ogg, una mujer de Australia que estaba esperando gemelos pasó por unas de las experiencias más duras por las que una madre puede pasar; recibir la noticia de uno de sus bebés había fallecido.
Según la misma fuente Kate habría dado a luz a solamente 27 semanas de gestación, lo que puso en peligro la vida de sus dos pequeños.
Emily, la niña, había nacido bien y estaba fuera de peligros, pero su hermanito Jamie, había muerto.
Kate se resistió a creer que su hijo había muerto y por dos horas le habló como si estaría escuchándola
"Han elegido un nombre para su hijo", preguntó el médico, a lo que Kate respondió con un sí y le informó que era Jamie, allí fue cuando el médico pronunció las palabras más dolorosas del mundo "Jamie no lo logró".
"Emily, tu hermana, está bien y queremos que te quedes con nosotros", repitió una y otra vez a su hijito sin vida mientras lo abrazó incansablemente por un lapso de unas dos horas. Lo que sucedió luego, sólo puede ser explicado como un milagro.
"Le pedí a mi esposo David que se quitara la camisa y que lo abrazara conmigo, él estaba helado y necesitaba nuestro calor", explica Kate.
"Le dije que teníamos grandes planes para él y se movió y empezó a respirar; llamamos a la enfermera y le dijimos pero ella nos dijo que era tiempo de dejarlo ir", sin embargo Jamie abrió sus ojos y tomó el dedo de su padre.
Jamie sobrevivió, el calor de sus padres lo trajo a la vida y ahora Jamie vive con sus padres y su hermana Emily, la pequeña a quien mamá quería que él cuidara y no dejara sola en este mundo.
"No dejamos de tocarlo ni por un minuto hasta que llegó a casa, sabíamos que nuestro tacto y calor lo salvó"
Según lo publicado por Scientific American el contacto físico y emocional con los bebés y los niños es primordial en el desarrollo y la supervivencia de los mismos. "Muchos niños que no han tenido un amplio contacto físico y emocional se enfrentan a un riesgo mayor de tener problemas emocionales, de comportamiento y social al crecer".
El mismo informe explica que aquellos niños que por ejemplo han crecido en orfanatos o alejados del apego emocional y físico de sus padres o cuidadores, presentan un desórdenes a niveles hormonales en comparación con los niveles hormonales de los niños que crecieron en un hogar con amor y cariño.
Cómo tu contacto físico con tu bebé puede cambiarle la vida
De acuerdo a lo publicado por Live Strong el contacto físico de la madre con el recién nacido lo ayuda a aumentar de peso debidamente y reduce las posibilidades de que desarrolle enfermedades o muerte en los infantes.
"La salud de tu bebé depende del contacto físico que reciba de las personas que lo aman y del estímulo. Cuando su madre los toca, una cascada de hormonas de desatan beneficiando su salud y ayudándolo a regular su temperatura corporal".
También los ayuda a dormir mejor, a no desarrollar miedos, a generar occitocina (la llamada hormona de la felicidad) y a disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés).
Se recomienda el contacto de piel con piel ni bien hayan nacido, en especial en los bebés prematuros. "El contacto físico con los recién nacidos debe ser ilimitado".
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